"LO HARÁS OTRA VEZ..."
pasando una crisis que nos está quebrantado a todos. No importa que tan rico o que tan pobre, esta pandemia es algo que nos está afectando a todos, nadie está exento. <<Entonces, se desató una fuerte tormenta, y las olas entraban en la barca que se iba llenando de agua>> (Mc 4, 37). Y es más que natural que las personas se estén preguntando ¿donde está Dios en estos momentos? Si Dios es amor, ¿por que nos manda una pandemia y permite tanta muerte y tanto sufrimiento? Suena muy parecido a lo que le dicen los discípulos cuando estaban en la barca agitada en medio de la tormenta en el mar, <<¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?>> (Mc 4, 39). Es normal que estemos angustiados, preocupados, llenos de incertidumbre de lo que nos espera mañana. Pero no es la primera vez. El mal, las injusticias, el egoísmo, la lucha por el poder, la soberbia… estas también son cosas que agitan y sacuden al mundo, son actitudes que pueden hacernos terminar con nuestra humanidad. Esta tormenta nos atrapa en medio de nuestra forma de vivir, creyendo que somos capaces de todo e inmunes a la adversidad, sin darnos cuenta que estamos en una misma barca, bajo la misma tormenta desorientados. Y es que al inicio del pasaje, Jesús les dice <<crucemos a la otra orilla>> (Mc 4,35). ¿Cual es esta otra orilla a la que Jesús nos pide que crucemos? Yo creo fervientemente que Dios NO “manda” cosas terribles como estas, pero si creo que permite que sucedan, para volver a Él, buscarlo a Él en quien tengo a un lado, en mi familia, en mis amigos, en mí. La pedagogía que Jesús vino a establecer a la tierra no es la del miedo, es la del amor y la misericordia, y desde luego, Dios quiere que con esta pandemia, en la cual nos hemos visto obligados a poner una pausa en nuestras vidas, nos hagamos más solidarios, que creemos una fraternidad mundial. Esa es la otra orilla que Jesús quiere que crucemos. Luego, Jesús les dice después de calmar las aguas <<¿Por qué tienen miedo, acaso no tienen fe?>> (Mc 4, 40). Me da temor si algún día Jesús me pregunte, “Brenda, ¿acaso no tienes fe?”. Pon tu nombre ahí en vez del mío. Es un sentimiento horrible el saber que no confías plenamente en una persona que lo ha dado todo por ti. Lo único que quiero que Él sepa qué confío ciegamente en Él. La canción que me llevó a esta oración, se llama Do it Again de Elevation Worship (abajo les dejaré los links). Esta canción habla de la grandeza que Dios tiene para obrar, de que no importa cuántas luchas y dificultades, Dios vencerá. A veces, para convencernos del poder y fidelidad de Dios hacia el futuro, tenemos que mirar hacia atrás, y recordar lo que ha hecho en el pasado. Estoy segura de que tienes un momento que puedes recordar y ver cómo Dios obró por y en ti. Todos tenemos algo en lo que podemos decir “hiciste un camino cuando no había manera de hacerlo” (frase de la canción). Podemos creer en Él, porque lo ha hecho una vez, y lo volverá a hacer. Desde hace 2000 años se ha dedicado a buscarnos, a hacer obras de amor por nosotros, desde que sacó a los esclavos de Egipto para llevarlos a la tierra prometida, (cómo lo dice en la canción, “abriste el mar en el desierto” (Ex 14, 21) . Después en la historia ha actuado a través de jueces, reyes, profetas, mandando constantemente mensajes de amor y de salvación, hasta que mandó a su propio Hijo, para hablarnos de esa promesa de salvación, que sigue vigente. Esto aún no ha terminado, pero me aferro a la promesa de que Dios lo terminará en su momento. Como dice la canción, “la espera terminará, se que has vencido ya”. Él quiere llevarnos a la tierra prometida, pero necesitamos confiar plenamente. La declaración de fe que se encuentra en la letra: "tu promesa sigue en pie, tu eres fiel, confiado andaré, en tus manos estaré, siempre has sido fiel", ha estado resonando en mi, al darme cuenta de que Jesús vino para pedirnos que confiemos en Dios completamente sin importar nuestras circunstancias o preocupaciones. Te quiero invitar a que crucemos esa orilla a la que Jesús quiere que lleguemos al salir de esta barca.. No te agites, Él vencerá, siempre lo ha hecho y siempre lo hará, pero a su tiempo que es perfecto. Escucha la canción, confía en Él y dale gloria. <<La misericordia del Señor no se extingue ni se agota su compasión, ellas se renuevan cada mañana, ¡qué grande es tu fidelidad! Por eso espero en Él.>> (Lam 3,22) Brenda, de Un Corazón Que Arde
México
4 Comentarios
María José
5/24/2020 01:13:31 pm
Me gusto mucho la reflexión y siento que mientras la leían paraba en alguno
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Fer López
5/24/2020 02:10:39 pm
Me encantó! Super apegado a este tiempo de crisis pero aplicable a cualquier momento de nuestra vida! Increíble Brenda! Que gran idea el blog, felicidadeees!!!
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Victor
5/24/2020 02:28:40 pm
Gracias por la meditación. Me alegra el corazón.
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