¡SEAMOS SANTOS!

A veces la gente piensa que porque tengo la cuenta, el podcast y el canal de Youtube de “Seamos Santos” nací queriendo ser santa y admirando a los santos, pero nada podría estar más alejado de la realidad…
Les seré súper sincera, si nací en una familia católica y la fe siempre ha sido algo súper importante en mi vida, pero realmente el único deseo que yo veía muy fuerte en mi corazón desde muy chiquita, era el deseo de ser feliz: Un deseo de más. Tenía una muy buena vida, pero quería más y al menos yo creía ¡QUE TENÍA QUE HABER MÁS! Entonces empecé a buscar…


El primer lugar donde se me ocurrió buscar fue en los libros, leí de todo: Libros de auto-ayuda, liderazgo, emprendimiento… Todos te ofrecían diferentes “formulas” para la felicidad y en realidad no solo los libros, pero el mundo entero nos esta gritando constantemente: “Cuando tengas este carro serás feliz” o “Cuando te suban de puesto de trabajo, entonces serás feliz”, “Cuando viajes a este lugar”… ¡Nos venden que TODO nos dará la felicidad! Y es una realidad que estas cosas sí nos hacen felices, pero es una felicidad que se va después de un tiempo y vuelve esa sed de “quiero más”, estas cosas NUNCA nos dejan satisfechos….
 
Entre más leía y más investigaba sobre el tema me empecé a dar cuenta de que estas “formulas” nuevas de estos “grandes” gurús y coaches, realmente eran cosas que mi fe me había dicho desde hace años. Estos coaches decían: “Para ser feliz, hay que poner a los demás primero y entregarnos” Algo que Jesús dijo hace años ¡Incluso muchos de ellos ponían a Jesús como un ejemplo de un buen líder! Y esto lo único que ocasionó en mi fue que me diera cuenta de que mi fe, esa que llevaba viviendo desde hace años, tal vez solo por costumbre, realmente estaba buscando lo mismo que yo y quería lo mejor para mí ¡El final de mi fe también era mi felicidad!
 
En este momento empecé a hacer mucha mas oración y vivir mucho mejor mi fe. Una frase que Jesús me repetía constantemente en oración es una frase que el Papa Benedicto les dijo a los jóvenes en un JMJ, dice: “El mundo te ofrece comodidad, pero tú no fuiste creado para la comodidad, fuiste creado para la grandeza”.

​Eran frases como estas las que me prendían el corazón porque realmente tocaban esa sed tan profunda que tenía de una vida no mediocre, sino de una vida grande ¡De una vida plena! Y poco a poco fui entendiendo que esa “grandeza” era justamente la santidad.

Aquí entro otro proceso muy grande en mi vida: El entender que esta “grandeza” a los ojos de Dios realmente es muy diferente a la “grandeza” a los ojos del mundo, un ejemplo que me ayuda mucho a explicar esto es San Pablo: “Saulo” significa “el más grande” y “Pablo” el más pequeño… Jesús no solamente nos invita a convertirnos en tener más vida de oración o de apostolado, es más, creo que la invitación de conversión más grande que nos hace Jesús a cada uno de nosotros es dejarlo a Él ser, a Él hacer. Hay una frase San Rafael Arnáiz que me ayuda a explicar mejor este concepto, dice: “La santidad es posible y sencilla porque no depende de mi sino de Dios”

Y creo que es super importante entender que ¡Es Él el que nos hace santos! Lo único que tenemos que hacer es dejarlo a el ser en nosotros, es super sencilla la fórmula ¿Es fácil? ¡No! ¿Es posible?? ¡¡SII!!

Así que los invito a que ¡Seamos Santos! No solo porque es la respuesta a esa sed de plenitud que tienes ¡Seamos santos porque para eso hemos sido creados! Ya tienen la formula: Déjalo a Él ser ¡Que sea Él quien viva en ti!

Sofía Carreón, de Seamos Santos
México